EL PRIMER CAMARADA CAIDO EN MALLORCA.
Juan Barbará Puig: ¡Presente!
Hoy hace tres años que murió.
Cuando aquella mañana – desorden y entusiasmo, calor y fusiles – nos dijeron que había caído un falangista muerto a tiros en el centro mismo de la Capital. Antes de saber su nombre ya adivinamos que era Barbará. Y lo confirmamos después al verlo tendido en la mesa de operaciones. Nunca podremos olvidar aquellas facciones suyas serenas, de expresión noble; el cabello sobre la frente, y su camisa azul – la nueva – con el ángulo plateado de la primera línea en el brazo izquierdo…[1]
Con estas palabras rememoraba el Diario Baleares convertido en el Órgano de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. el tercer aniversario del primer caído del movimiento nacional sindicalista en Mallorca.
Chocaba tal conmemoración con el silencio oficial sobre las circunstancias de la muerte de Juan Barbará Puig establecido desde los primeros instantes de su óbito cuyos claros ejemplos los encontramos en las escuetas notas necrológicas publicadas los días siguientes al de la publicación del Bando de proclamación del Estado de Guerra en la capital mallorquina.
“Víctima de un accidente falleció ayer el distinguido joven don Juan Barbará Puig”
“El finado desaparece del mundo de los vivos en plena juventud, y contaba con numerosas relaciones.
Su muerte ha sido hondamente sentida” [2]
“En defensa de sus ideales falleció el domingo victima de un lamentable accidente, don Juan Barbará Puig”[3]
“Victima de un accidente falleció el domingo, el distinguido joven Juan Barbará Puig”[4]
Contrastaban tan lacónicas notas necrológicas con los posteriores fastos funerarios del joven falangista fundador entre otros del Sindicato Español Universitario (S.E.U.) y primer caído falangista en la isla.
Con la lectura del Bando de Declaración del Estado de Guerra entraba plenamente en vigor la censura militar mediante la cual se eliminaba cualquier tipo información sobre los sucesos:
“Al preguntarle éstos [los periodistas] que noticias podía comunicarles, muy afectuoso y sonriente ha contestado: Excelentes son las noticias que puedo comunicarles hoy pues el sacrificio del Ejército para acabar con este estado de cosas que implicaba, la ruina, el descrédito y el desgraciamiento [sic] de España va teniendo compensación.
Los Ejércitos encargados de acabar con dicho estado de cosas adelantan victoriosos y decididos y alcanzarán pronto el fin deseado.
Estas son las noticias que he recibido a última hora de las que nos congratulamos – añadió – y de las que seguramente se congratularán todos los españoles verdaderos amantes de su patria.
Ha añadido el Sr. García Ruíz que en toda la provincia reina completa tranquilidad y por este Gobierno han sido dictadas las órdenes necesarias para la organización de los servicios.
Se trabaja casi normalmente en toda la isla, dijo”[5]
Establecido el día 19 de julio de 1936 como el día D para la incorporación de los militares de Baleares al Movimiento Salvador de España[6] las diversas unidades de las Milicias de Falange se hallaban distribuidas en diversos puntos de concentración en espera de la orden de incorporación e intervención según lo dispuesto en las negociaciones establecidas previamente con la Junta Divisionaria de Cuerpos en Palma.
Una de estas unidades de la Primera Línea era la escuadra bajo el mando del joven Juan Barbará Puig que se encontraba acuartelada en la avenida Estanislao Figueras[7] núm. 14 que correspondía al domicilio del médico y a la vez jefe de las Milicias de Falange Española Mateo Palmer Ferrer[8].
Juan Barbará Puig nacido en 1913 en la población de Lluchmayor en la comarca del Migjorn mallorquín, este joven mallorquín que repartía su tiempo entre el trabajo como herrero y los estudios de Teneduría de Libros Contables[9] además de ser un activo militante y proselitista del ideario nacional sindicalista[10].
Ingresado en Falange Española proveniente del Sindicato Español Universitario, fue uno de los firmantes junto a Francisco Bosch y B. Colom el 11 de abril de 1935 del escrito de solicitud de fundación en Palma del Sindicato Español Universitario – S.E.U. como anexo a F.E. de las J.O.N.S.[11]
Es de imaginar el estado de ansiedad y nerviosismo entre los elementos de las unidades falangista desvelados por la tensión existente a la espera de las órdenes para entrar en acción; como también es imaginable el estado de tensa vigilia imperante entre los mandos militares encabezados por el general de División del arma de Infanteria don Manuel Goded Llopis (15/10/1882 San Juan de Puerto Rico – 12/08/1936 Barcelona, fusilado).
Reflejadas en las palabras del propio Zayas “La impaciencia, la natural inquietud ante lo próximo de los acontecimientos, la absoluta carencia de noticias sobre el desarrollo de la situación”3
Alrededor de las cinco de la madrugada del día 19 se procedía a dar la confirmación a la orden establecida previamente por el mando militar, mediante la cual se ordenaba la salida a la calle de las fuerzas a las siete y media de la mañana del citado día.
Con ello se ponía en marcha el alzamiento militar en Mallorca mediante la lectura del bando por el cual era proclamado el Estado de Guerra en todo el archipiélago balear procediéndose a la destitución de todas las autoridades civiles y con ello la entrada en vigor de la censura militar de prensa.
Una vez impartidas estas órdenes y dispuestas las diversas columnas militares que debían dar inicial lectura del mencionado bando y proceder a la toma de los diversos puntos estratégicos para lograr el control de la ciudad de Palma, así como el control de los posibles elementos enemigos.
Según el testimonio del que fuera subjefe de la escuadra de Barbará; José Luis Cerdá Bisquerra dado a Andrés Ardid Sánchez, la carencia de noticias y la falta de recepción de las órdenes a cumplir hicieron mella en el estado de ánimo de los acuartelados haciendo que se precipitaran en la toma de la decisión de acudir a la Comandancia Militar para obtener o recibir las instrucciones pertinentes.
Con tal motivo realizaron el abanderamiento del vehículo que debían utilizar para el desplazamiento con la bandera roja y negra de Falange a modo de identificación de los ocupantes del mismo.
Identificado el vehículo y los falangistas con los brazaletes identificativos, procedieron a iniciar el trayecto desde la avenida de Estanislao Figueras para desviarse por la calle Sindicato y seguir por la calle de la Bolsería y la de Colón hasta llegar a la plaza de Cort, sede del Ayuntamiento de Palma y desde dicha plaza por la calle del Palacio llegar a la Comandancia Militar sita en el Palacio de la Almudaina.
En la acera del edificio de Can Forteza-Rey, en la confluencia de la plaza del Marqués del Palmer y las calles de la Bolsería con la de Colón se había establecido un reten militar de control, algunas versiones hablan de la colocación de una ametralladora con su dotación y otras de una escuadra o un pelotón.
Siguiendo con la declaración del subjefe de escuadra a Andrés Ardid los falangistas del vehículo, bien por no percatarse de la orden de alto, bien por estar confiados en su plena identificación mediante la bandera hicieron caso omiso a las órdenes de alto del punto de control, posteriormente indicaron que los mismos colores de la bandera, similares a los de los anarquistas produjo la confusión sobre el piquete de control.
Fuera, por la confusión con la bandera por los vigilantes, fuera por el exceso de confianza de Barbará y sus acompañantes, lo cierto es que no se produjo la obediencia a la orden de alto prosiguiendo su camino; la reacción de los miembros del retén de vigilancia fue la de abrir fuego contra el vehículo que proseguía la marcha por la calle de Colón.
Según parece los ocupantes del vehículo al llegar a la plaza de Cort y como consecuencia de haber recibido los disparos de los militares, giró el vehículo y encaro de nuevo la calle Colón con la intención de repeler y responder a la agresión, dándose entonces la trágica circunstancia de la presencia de dos hombres, que según la versión de los falangistas les infundó sospechas, entablándose un tiroteo entre ambos grupos.
La pareja de sospechosos se trataba del comandante de Infantería con destino en la Sección de Contabilidad de Baleares Marcelino Hernández Bruno y el capitán de Artillería José Puch Nos destinado en el Centro de Movilización y Reserva de Baleares.
A la altura de los denominados Almacenes Victoria en la parte más cercana a la plaza de Cort cayó abatido el falangista Juan Barbará Puig, mientras que resultaba herido el militar capitán de Infantería José Puch Nos[12]; evacuados ambos heridos a la cercana Casa de Socorros, ubicada en la parte trasera del edificio del ayuntamiento palmesano, con entrada por la plaza de Santa Eulalia.
El balance final del enfrentamiento armado se saldó con la muerte instantánea del falangista Barbará, las graves heridas, de las que posteriormente fallecería del capitán Puch, siendo atendido en el Hospital Militar el falangista José Rovira[13] por herida de arma de fuego en el brazo izquierdo de pronóstico leve.
FUENTES
Oral: Andrés Ardid Sánchez,
Fotografías por gentileza de Juan M. Bernal
[1] Diario Baleares de Palma, miércoles 19 de julio de 1939, primera página.
[2] Diario La Última Hora de Palma, lunes 20 de julio de 1936, pág. 4
[3] Diario El Día de Palma, martes 21 de julio de 1936, pág. 2
[4] Diario La Almudaina de Palma, martes 21 de julio de 1936, pág. 6
[5] Diario La Última Hora de Palma, martes 21 de julio de 1936.
[6] Definición establecida en el artículo tercero del Bando Militar de proclamación del Estado de Guerra en todo el Archipiélago Balear.
[7] Actual Avenida de Gabriel Alomar y Villalonga.
[8] Alfonso de Zayas y de Bobadilla. Historia de la Vieja Guardia de Baleares. Madrid 1955.
[9] Estudios relacionados con el Cálculo mercantil, impartidos en la conocida como Escuela Superior de Comercio de Palma creada en 1907 para la satisfacción de las necesidades de la pujante actividad mercantil mallorquina.
[10] Declaración de su tío Mariano Rosselló Barbará en el suplemento Memoria Civil. Mallorca en guerra del Diario Baleares, domingo 9 de marzo de 1986.
[11] Archivo del Reino de Mallorca. Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Baleares, núm. 2565, Tomo 5.º Folio 154.
[12] Presentaba fractura abierta de fémur derecho, erosión en la rodilla izquierda y herida contusa en la muñeca derecha con gran hemorragia causadas por arma de fuego, siendo evacuado al Hospital Militar para ser intervenido quirúrgicamente con carácter de urgencia, fallecería tres días después como consecuencia de la gangrena gaseosa.
[13] José M.ª Rodríguez Tejerina. El Hospital Militar de Palma de Mallorca durante la Guerra Civil.
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