Detalle de la estrategia seguida por los falangistas mallorquines en la cumplimentación del apartado del número provincial del carnet de militante en este caso es el carnet del primer falangista mallorquín Antonio Nicolau Montaner que sería nombrado Secretario Provincial de Falange Española.
Mediante tal maniobra se pretendía hacer creer que el número de afiliados era mucho más elevado del que en realidad era.
El propio Antonio Nicolau lo explica en su borrador mecanografiado sobre la Historia de la Falange Balear:
«Llegaron como he dicho antes los carnets de la Nacional y entonces se empezaron a repartir y en todos ellos se pusieron números de orden muy elevados pues unos carnets empezaron en el n.º 630, otros en el 500, otros los de los pueblos en el 1000 y el 3000, consiguiendo con ello espantar a las masas bolcheviques que desde entonces vieron fascistas por todos lados».
La mecánica era la siguiente: el número provincial, en el caso del carnet de Nicolau aparece el 631, mediante una simple operación, al 6 se le restaba el 3 al resultado de la operación se le restaba el siguiente, dando como resultado el número real del afiliado.
En el caso del carnet de Antonio Nicolau Montaner de la JONS de Palma le correspondía el número 2 ya que el número 1 se había reservado para el que era en aquellos momentos el Jefe Provincial Alfonso de Zayas y Bobadilla, marqués de Zayas.
A cada JONS o jefatura local le correspondía un número inicial especifico, así por ejemplo los carnets de la JONS de Alaró se iniciaban con el 800, los de Banyalbufar con el 2400 mientras que los de Binissalem lo harían con el 3000.
Fuente documental: Colección particular de Juan M. Bernal.
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