PRIMERA LÍNEA

Bartomeu C. Moragues Jordà

El semillero nacionalsindicalista de Mallorca

El 11 de abril de 1935, Barbará, Bosch y Colom presentaron al gobernador civil de Baleares su intención de fundar en Palma de Mallorca el Sindicato Español Universitario (SEU), como organización anexa a Falange Española de las JONS. Apenas unas semanas después, el 3 de mayo, quedó constituida la delegación sindicalista en Baleares, con Francisco Bosch como presidente, Juan Salas como secretario y Joaquín Casasnovas como tesorero.

El SEU surgió como una alternativa a las organizaciones estudiantiles de izquierda, predominantes en las universidades españolas durante la Segunda República. Desde sus inicios, esta entidad, vinculada a Falange Española, se posicionó como una clara opositora a movimientos sindicales estudiantiles como la Federación Universitaria Escolar (FUE), con la que sostuvo un enfrentamiento directo.

Pronto, el SEU se convirtió en el semillero del activismo falangista, desempeñando un papel fundamental en la consolidación inicial de Falange en Mallorca, como también ocurrió en otras regiones de España.

El papel juvenil y universitario de Falange queda reflejado en las palabras de David Jato: “La Falange, si atendemos a su constitución humana, nacía con un inconfundible eco juvenil y universitario. Ello explica que, sin haber transcurrido un mes del mitin de la Comedia, ya se hubieran cubierto los trámites legales para el funcionamiento del SEU”.

Mientras que, por su parte, Julio Ruiz de Alda destacó: “Fueron los estudiantes los primeros que llegaron. Fueron los primeros y los más entusiastas”.

El papel central del movimiento estudiantil balear en las filas nacionalsindicalistas también queda patente en las palabras de quien ostentaría la jefatura Provincial de Falange, Alfonso de Zayas: “El número de afiliados iba en aumento. Eran principalmente estudiantes”, cuya edad promedio rondaba los 16 o 17 años.

En Palma, los tres centros educativos principales —el Instituto General y Técnico, la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, y la Escuela Normal de Magisterio— concentraban la actividad estudiantil.

La mayor parte de los militantes del SEU mallorquín provenía del Instituto, tal como Antonio Nicolau nos describe: “los estudiantes del Instituto empezaron a acudir en masa a nuestras filas… el SEU empezó su actuación y en el Instituto se dieron cuenta de que, frente a la FUE, había un partido nacional con fuerza”.

Los estudiantes del SEU asumieron un rol crucial en la formación del movimiento nacionalsindicalista insular, convirtiéndose en la base del falangismo en Baleares.

Desde sus filas surgieron las estructuras triangulares empleadas para el proselitismo y la organización de diversas actividades de Falange Española, bregándose en la lucha y confrontación con los elementos de la FUE, organizando la primera huelga estudiantil en Palma, o bien ya fuera en la colocación de banderas o pasquines por las calles de las poblaciones insulares.

Además, proporcionaron los primeros voluntarios para integrar la Milicia de la Primera Línea falangista. Muchos de ellos participaron activamente desde las primeras horas del alzamiento cívico-militar del 19 de julio de 1936 y fueron parte de la defensa insular durante el desembarco de agosto de ese mismo año en el frente de Manacor, enfrentándose a la expedición catalana del capitán Bayo.

También formaron parte de las diversas promociones de alféreces provisionales egresados de la Escuela Militar de Lluc, integrándose en unidades de choque como la Legión y los Regulares, donde muchos entregaron sus vidas.

Entre los caídos en los distintos frentes durante la Guerra Civil se encuentran nombres como Rafael Alomar, Juan y José Barbará, Jacinto Díaz de Toledo, Antonio y Miguel Esquivias, Adolfo López de Soria, Juan L. y Sebastián Quetglas, y Ramón Servera.


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