PRIMERA LÍNEA

Bartomeu C. Moragues Jordà

Dragones de la Muerte

“Visten camisa azul y gorro del mismo color con cinta negra mezclado con filete de plata y una calaverita. El correaje como el de Falange. Placa fondo negro con lanzas refulgentes. Calavera de plata con puñal entre los dientes. Pantalón negro. Cabeza pelada. Casco de acero. Armas: puñal, bombas de mano y mosquetón”[1]

Diario Baleares del 2 agosto 1983

De nuevo nos encontramos ante uno más de los misterios de la que podríamos denominar como “era del conde Rossi”, tal como ocurriera con el histriónico italiano, una de sus obras, que, como su creador, se encuentra envuelta en un halo misterioso que brilla más por las supuestas acciones atribuidas que por la documentación de tales acciones.

Nos referimos a los conocidos como “Dragones de la Muerte”, constituidos por muchos como una unidad específica de las Milicias de la Falange mallorquina y que en realidad se convirtió y actuó como “guardia de corps” o escolta del fascista italiano Arconovaldo Bonacorsi desde su llegada a la Mallorca sublevada en agosto de 1936.

Sobre la llegada del italiano a la isla de Mallorca se han establecido varias fechas, sin que hasta el momento se haya podido encontrar una datación clara y concreta; el abanico de posibilidades oscila entre los días 19, 22 y 26 de agosto.

La prensa local del día 20 de agosto se hace eco de la llegada a la isla de tres hidroaviones:

«Ayer llegaron a Palma tres potentes hidroaviones para la defensa de Mallorca.

Antes de venir a Palma ya tomaron parte en la acción de Manacor y Son Servera, dispersando grupos marxistas y ahuyentando a la escuadra roja, algunos de cuyos buques sufrieron averías»[2]

Su amerizaje en la base del puerto de Pollença, su intervención en Manacor y Son Servera bombardeando a la flota y a las tropas desembarcadas, así como su posterior desplazamiento a la bahía de Palma nos hace pensar que no fue este ni el día ni el método utilizado por Bonacorsi para llegar a Mallorca.

A su vez queda descartada su llegada, de acuerdo a lo indicado por el propio Bonacorsi, a bordo del mercante Emilio Morandi al anochecer del día 26.

Nos inclinamos, de acuerdo a las aportaciones tanto de Bonacorsi como del propio teniente coronel de Ingenieros Luis García Ruiz así como las noticias publicadas en la prensa local sobre el vuelo de aviones sobre Palma el domingo día 22:

«A eso de la una el vuelo de un avión pintado de rojo por sobre Palma puso alguna alarma, pero al no dar la señal “En Figuera” hizo que el público recobrara la confianza.

Según dijo la Radio se trataba de un avión italiano que venía a recoger la correspondencia de los buques italianos fondeados en nuestra bahía»[3].

Si no fuera por la existencia de algunos documentos gráficos que nos dan fe y testimonio de su existencia, poco o casi nada podríamos decir de ellos, la inmensa mayoría de historiadores fundamentan sus aportaciones en lo escrito y descrito por Georges Bernanos[4] sin mayor ampliación investigada y documentada.

Y como siempre, en dichas noticias, se les señala como autores de mucho mientras que poco se documenta; por lo general se suele recurrir a testimonios o fuentes orales que hablan e indican, pero poco más aportan, acusándoles de todo lo posible ocurrido en la isla de Mallorca durante la estancia del asesor e instructor fascista enviado desde Italia con el fin de ayudar al desarrollo de los nacionalsindicalistas mallorquines.

Nos encontramos, una vez más, en la simplificación y en el error de convertir en falangistas a todos aquellos que en un momento determinado vistieron, más que sintieron, la camisa azul de Falange, en la burda aplicación de las teorías utilizadas desde la Internacional Comunista, de la que era secretario general el búlgaro Georgi Dimitrov[5], y que no era más que la creación de un frente único, donde cabían todas las ideologías y tendencias políticas bajo la acusación y calificación de fascistas.

Si parcas son las noticias de la llegada de Arconovaldo Bonacorsi a Mallorca en agosto de 1936 no menos reducidas son las referencias a la propia organización de dicha unidad; a la confusión de considerarla en algunos momentos como una centuria falangista, se le añade la interpretación de que todos sus componentes pertenecieran al movimiento nacionalsindicalista mallorquín.

A tal confusión ayuda la ya famosa fotografía de los cincuenta “Dragones de la Muerte”, su perfecta uniformidad, vestidos con el uniforme falangista, hace caer a la mayoría de los historiadores en el error de dar por sentado la pertenencia de dichos cincuenta milicianos a la Falange.

Gorro miliciano de los «Dragones de la Muerte» Foto gentileza Juan M. Bernal Jiménez colección particular

La realidad que se nos refleja es que el primer contacto que tuviera Arconovaldo Bonacorsi con los futuros candidatos a pertenecer a los “Dragones de la Muerte” se realizó en el cuartel de Falange bautizado como Casa Primo de Rivera ubicado en el edificio de la Casa del Pueblo requisada por los falangistas el mismo día 19 de julio; Mateo Palmer, jefe de la Milicia de Primera Línea de Falange, hizo formar a la tropa, la cual rondaría entre treinta y tres o treinta y cuatro falangistas, los cuales serían arengados por el italiano Bonacorsi con las siguientes palabras:

Noi andiamo coi pugnali e bombe di mano ¡Una bomba in agni mano e el pugnali tra le denti![6]

Y de estos, si hacemos caso a lo testimoniado por el P. Andrés de Palma1 en su obra tan solo veinticinco falangistas conformarían el contingente de tropa inicial; a este primer núcleo debemos añadir los jóvenes mallorquines seleccionados integrantes de otras organizaciones políticas además de un número, que suele oscilar entre diez y quince, de auténticos Camisas Negras llegados a Palma en el mercante Emilio Morandi atracado al anochecer del día 26.

EL “Conde Rossi” al llegar a Mallorca dijo: “Soy un fascista, llegado voluntario para poner a disposición de los falangistas españoles mi mente y mi brazo”. En seguida confió a su palabra cálida un llamamiento a la juventud isleña para que se alistara en la Columna de choque que quería organizar bajo el nombre de “Los Dragones de la Muerte”. La sugestión del personaje y la consigna – antes que retroceder, morir – operó sus efectos exaltadores sobre la juventud mallorquina, que dispuesta al heroísmo, también lo quería ardiente y novelesco, consiguió adeptos…»[7]

Arconovaldo Bonacorsi «conde Rossi» y Emilio Manzano. Foto gentileza Andrés Ardid Sánchez colección particular

En 1962 Pedro Homar Vallespir, falangista voluntario en los “Dragones de la Muerte” nos refleja el recuerdo de seis camaradas de Falange que con él sumarian un total de siete falangistas.

De los veintidós nombres señalados por Juan Pla en 1985 seis pertenecerían a Falange, cuatro serian militantes del Requeté, tres lo serian de la CEDA, dos militarían en Renovación Española y de los siete restantes se desconoce su militancia.

Reconvertido el conde Rossi, tras su fracaso en obtener el mando y la jefatura de las milicias falangistas, en consejero o mero instructor de una reducida unidad que no columna que más que combatientes fueron su escolta personal[8].

Es decir, si nos atenemos a las normar establecidas en el Reglamento de Primera Línea de Falange[9] y teniendo en cuenta el contingente máximo de tropas de 50 hombre, según los documentos gráficos, la unidad de los “Dragones” estaría formada por unas cuatro escuadras[10]

Otro de los aspectos controvertidos es el de la constitución del grupo de voluntarios en un comando de asalto perfectamente instruido y preparado para la acción, tal como se quiso vender en las loas publicitadas en la prensa local sobre la intervención en la toma del “Puig de Son Corb”, recordemos que la llegada de Bonacorsi a Mallorca la hemos establecido en el día 22 de agosto y que la reconquista y toma del Puig de Son Corb se ordeno el 2 de setiembre, siendo recuperado por las tropas nacionales el día 3.

Es muy difícil aceptar que, en tan reducido espacio de tiempo, es decir, entre el 22 de agosto y el 3 de septiembre, se tuviera la capacidad de reclutar, seleccionar, organizar e instruir a un eficaz comando de asalto o unidad de elite como se pretendió hacer creer al pueblo de Mallorca.

Si a ello añadimos la constante presencia de los denominados “Dragones de la Muerte” del conde Rossi en actos públicos, desfiles y manifestaciones, tal como indica la prensa local, se comprenderá la reticencia y la incredulidad sobre la capacidad militar de dicha unidad.

[1] P. Andrés de Palma, O.M.C. “Mallorca en guerra contra el marxismo (julio – septiembre 1936) Antonio Sabater Mut. Editor Palma 1936.

[2] Correo de Mallorca. Diario Católico del jueves 20 de agosto de 1936.

[3] La Almudaina. Diario de la mañana – Avisos y noticias del martes 25 de agosto de 1936.

[4] Georges Bernanos. Los grandes cementerios bajo la luna. Lumen Ensayo. Barcelona 2002.

[5] Georgi Dimitrov Mijailov (Kovachevtsi 18 junio 1882 – Moscú 2 julio 1942) Responsable de la aplicación de la teoría propuesta por Iósif Stalin mediante la cual reconvertían a los socialdemócratas en socialfascistas y que posteriormente se simplificaría en la creación de un frente único donde convergían todos los enemigos políticos bajo el epíteto de fascistas.

[6] ¡Nosotros vamos con los puñales y bombas de mano! ¡Una bomba en cada mano y el puñal entre los dientes!

[7] Historia de la Cruzada. Tomo IV

[8] Josep Massot i Muntaner. Aspectes de la Guerra Civil a les Illes Balears. Biblioteca Serra D’or. Barcelona 2002.

[9] Falange Española de las J.O.N.S. Reglamento de Primera Línea. Alcazarquivir 1936.

[10] La escuadra era una unidad formada por 3 elementos, 1 jefe y 1 subjefe con un total de 11 hombres por escuadra; el Elemento era la célula básica compuesta por 3 hombres de los cuales 1 servía de enlace con el mando superior inmediato.


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