PRIMERA LÍNEA

Bartomeu C. Moragues Jordà

¡Alto y manos arriba!

Con la salida de dos compañías de Infantería, la mañana del 19 de julio de 1936, al mando de sus respectivos capitanes y con el acompañamiento de la banda de cornetas y tambores del cuartel del Carmen se procedió a la proclamación oficial del estado de guerra en todo el archipiélago balear.

Tras la lectura del Bando de proclamación del Estado de Guerra, se procedió a la ocupación militar de los distintos puntos neurálgicos de la capital mallorquina: en tal operación, los elementos militares se vieron acompañadas por grupos de paisanos, muchos de ellos ostentando la camisa azul y el brazal identificativo de la pertenencia a la Milicia de la Primera Línea de Falange.

Ocupados que fueron por la autoridad militar los diversos edificios oficiales, tras la ocupación del de Teléfonos, asegurando con ello la incomunicación de las autoridades civiles de las distintas ciudades y pueblos se procedió a remitir por el teniente coronel jefe Antonio Álvarez Osorio y Barrientos a todos los puestos y fuerzas de la institución la siguiente orden:

Declarado el Estado de Guerra en la provincia y ante el hecho consumado, me he presentado a la Autoridad Militar para recibir órdenes. En consecuencia, todas las fuerzas de la Comandancia se pondrán a las órdenes de las Autoridades Militares donde las haya o tomarán la dirección según corresponda, asegurando el Orden Público a toda costa.

La participación y colaboración de las distintas organizaciones políticas con la militar Junta Divisionaria de Baleares ya se había establecido en fechas anteriores, tal como nos relata Juan José Negreira:

“Las actividades de esta Junta tuvieron oscilaciones según las circunstancias. Venía actuando, como se dijo, desde enero de 1935, pero cuando exteriorizó, aunque encubiertamente su labor, fue a raíz de las elecciones de 16 de febrero de 1936, encomendando a Falangistas y Requetés la custodia nocturna de templos y conventos, edificios por su carácter sumamente apetecibles a la fobia frentepopulistas; asegurando y previniendo el asalto a locales”[1]

Estas disposiciones elaboradas con anterioridad a la fecha real de la sublevación en Mallorca habían establecido los elementos y las circunstancias de la colaboración de los civiles como tropas auxiliares irregulares como ayudantes de las fuerzas del ejército con la responsabilidad del mantenimiento del orden público en la propia capital y en los pueblos.

Sería con posterioridad al día 19, en concreto el 21 del mismo mes de julio que se impartirían, esta vez de forma oficial y publica las instrucciones para los jefes de Cuerpo de la Guardia Civil por parte del coronel Aurelio Díaz de Freijó, mediante la cual se recordaba el llamamiento a la población civil a la participación en la creación de un servicio eficaz de orden:

INSTRUCCIONES para los Jefes de cuerpo de la Guardia Civil en relación a la circular de 21 de julio de 1.936.

En virtud del llamamiento que se hace con fecha de hoy a la población civil procederá a organizar Vd. los servicios dentro de su demarcación.

1.º Con los que se presenten armados y sean de su confianza y garantía procederá Vd. a montar un servicio eficaz de orden.

2.º Facilitará personal que posea los conocimientos adecuados a cada misión a fin de que a la mayor brevedad se normalice la vida civil en todos sus aspectos especialmente en los servicios de abastecimiento, luz y agua.

Acusará recibo de esta circular e instrucciones así como en la brevedad posible y el resultado que se produzca.

Palma 21 de julio de 1.1936

El Coronel Comandante Militar

Sometida toda la población civil insular a esta legalidad normativa establecida por los sublevados y una vez asegurado el control de las comunicaciones e impartidas las órdenes correspondientes en la gran mayoría de pueblos se había procedido a la toma del poder civil por parte de las autoridades militares junto a la colaboración de las fuerzas de la Guardia Civil y el apoyo de las incipientes Milicias Nacionales formada por los retenes de las diversas organizaciones políticas afines a los sublevados.

 Como es lógico pensar, enmarcada dentro de tal situación se encontraba la población de Binissalem que tras la recepción de la orden remitida por las Autoridades Militares había establecido ya la presencia y colaboración de los efectivos de la Milicia Nacional que apoyaban a las exiguas fuerzas del puesto de la Guardia Civil de la localidad.

Es, dentro de esta circunstancia donde debemos circunscribir los hechos acaecidos en Binissalem sobre las nueve de la noche del 20 de julio de 1936.

Sobre el relato de los sucesos ocurridos en la localidad del Raiguer mallorquín existen diversas y varias versiones; algunas de ellas, por no decir casi todas, con un presunto sesgo partidista que a la luz de la información aparecida en el atestado realizado por el jefe de puesto de la Guardia Civil sobre el hecho ocurrido hace que se nos planteen serias dudas sobre la realidad y la intención de tales versiones.

Entre las mismas nos encontramos algunas que afirman que fue el falangista Gabriel Arrom Fiol quien atentó contra el guardia municipal Pio Iniesta Carretero[2], otras nos hablan como fue dicho falangista quien abrió fuego desde una ventana contra el guardia y que este al repeler la agresión lo habría herido de muerte; otras nos indican como los primeros disparos partieron desde el lado del retén de control y vigilancia establecido por las Milicias Nacionales en las cercanías y puerta del Ayuntamiento binisalemero.

La versión oficialmente establecida por el jefe de puesto de la Guardia Civil[3] nos es relatada en el atestado instruido sobre la colisión entre unos grupos de diferente ideología política la noche del 20 de julio de 1936:

Sobre las veintiuna horas del día veinte de julio de mil novecientos treinta y seis, tuvo conocimiento el Cabo que suscribe de que en el Ayuntamiento de esta villa tomado por los fascistas desde la mañana, había ocurrido un suceso sangriento, inmediatamente y auxiliado del guardia segundo Gabriel Oliver Gelabert y de la pareja compuesta por los guardias Bernardo Rubert Bauzá y Sebastián Obrador Amengual que momentos antes habían salido para garantir el orden público por el interior de la población se personaron en el lugar del suceso, resultando que momentos antes el guardia urbano de esta villa de ideal socialista y de una conducta detestable por todos los conceptos, tuvo la osadía haciendo alarde de valentía, de pasar por delante de los grupos fascistas que armados custodiaban el Ayuntamiento y al llegar a su altura el miliciano fascista vecino de esta villa y natural de la misma Miguel Amengual Riera, mayor de edad, casado con domicilio en la calle de Pablo Iglesias número 5, le dio el alto y manos arriba con el propósito de cachearle y desarmarle caso de estar armado, y aquel lejos de obedecer esgrimió rápido su pistola y en alta voz contestó ¡Eh!, ¡Pues toma! Y disparó dos o tres tiros, hiriendo a uno del grupo llamado Gabriel Arrom Fiol de ideología fascista y entonces sonó una descarga del grupo siendo alcanzado solamente por un disparo de escopeta de caza cayendo al suelo desvanecido, levantándose de nuevo y volviendo a caer poco después; uno y otro fueron recogidos por las fuerzas de ideal derechista siendo conducidos a la farmacia más próxima en donde fueron curados de primera intervención por los médicos de esta localidad D. Bernardo Roca, D. Guillermo Llabrés y D. Jaime Pons que se desvelaron en el cumplimiento de su deber; apreciando a los heridos las heridas siguientes: al primero de ellos una herida de arma de fuego en la región clavicular izquierda con orificio de entrada sin salida, gran hemorragia y corte de la arteria clavicular de pronóstico gravísimo y el otro llamado Pio Iniesta Carretero también mayor de edad, casado, natural de Sayatón (Guadalajara) con domicilio en la calle de Conquistador presenta en la región de la cara y cuello heridas de perdigones que interesan dichas regiones y heridas en el ojo izquierdo de pronóstico grave, dichos individuos en virtud del estado en que se hallaban fueron conducidos seguidamente al hospital provincial; al Pio Iniesta le fue intervenida una pistola Star, calibre 7’65 con el número de fabricación 115625 con cargador capaz para nueve cartuchos y conteniendo solo seis, para su uso le consta al Cabo que suscribe que poseía los documentos legales, le fue además ocupada una funda de cuero color avellana y su correspondiente tirante.

Preguntado al declarante Amengual si tiene algo más que decir contesta negativamente, que cuanto a dicho es la verdad en lo que se afirma y ratifica y firma en declaración en unión de la fuerza auxiliar y Cabo que suscribe en Binisalem a las quince horas del día veintiuno del mes y año arriba expresados.

Siguen las firmas de: Miguel Amengual, Bernardo Rubert Bauzá, Gabriel Oliver Gelabert, Sebastián Obrador Amengual y Miguel Campins Dalmau[4].

La realidad del enfrentamiento es que se saldó con dos heridos por arma de fuego; el primero de ellos el joven falangista de 23 años Gabriel Arrom Fiol, el segundo el guardia urbano y “saig”[5] Pio Iniesta Carretero.

A la vista de lo expuesto en el atestado y las diligencias del mismo se nos hace muy difícil aceptar algunas de las versiones que nos hablan de las provocaciones o intento de atentando cuya ejecución se quieren atribuir al falangista.

A la sombra del informe de ingreso realizado por el médico de guardia del hospital Provincial A. Morey, se hace difícil de aceptar las versiones que culpan al falangista.

“Tengo el honor de poner en conocimiento de V.S. que en el día de hoy ha ingresado en este Hospital D. Gabriel Arrom Fiol, de Binisalem, con herida de arma de fuego con orificio de entrada en r. intra – espinosa y orificio de salida en r. intra – clavicular izdas. Síntomas de anemia aguda por hemorragia considerable. Pronostico gravísimo.6

Tras la declaración oficial el día 19 de julio del Estado de Guerra en la capital insular, la citada declaración fue hecha la misma en forma repetida por medio de Bando y pregón el mismo día 19 por la tarde y el 20 por la mañana en Binissalem, estableciéndose un servicio de patrulla compuesta por fuerzas de la Guardia Civil y de las Milicias Fascistas con la finalidad de garantizar el orden público.

La realidad del hecho ocurrido nos remite al escenario de la Casa Consistorial del Ayuntamiento de Binissalem ubicada en la calle de la Concepción de la citada localidad y en donde en virtud a las ordenes establecidas y recibidas se hallaba formado un piquete de fuerzas auxiliares a las de la Guardia Civil cubriendo la vigilancia y el control de la mencionada sede.

El piquete de control lo formaban: Miguel Amengual, Antonio Clemente, Gabriel Arrom, Juan Amengual, Guillermo Martí, Andrés Llabrés y Rafael Jaume.

Según la declaración realizada ante la Guardia Civil; Juan Amengual Riera, formaba parte del piquete junto a otros individuos observo como se dirigía hacia ellos el que fuera “guardia municipal urbano” y que oyó como su hermano Miguel Amengual Riera le daba el “alto” a la vez que le conminaba a que levantara las manos por encima de la cabeza, viendo como este, el guardia urbano, en lugar de obedecer empuño rápidamente su pistola que al parecer llevaba oculta tras su espalda realizando unos disparos contra el grupo que formaba el retén de vigilancia a la puerta del ayuntamiento viendo como consecuencia de los disparos caía al suelo el falangista Gabriel Arrom Fiol a la vez que se producía una descarga de las escopetas que portaban los componentes del grupo de vigilancia a consecuencia de la misma vio como caía al suelo el guardia se volvía a levantar y tras dar varios pasos más volvía a caer a consecuencia de las heridas recibidas por escopeta de caza.

Quien no volvería a levantarse sería el joven falangista Gabriel Arrom Fiol, que junto a su agresor fueron trasladados a una farmacia cercana para recibir los primeros auxilios y ante la gravedad de las heridas recibidas en la espalda por arma de fuego era trasladado urgentemente al Hospital Provincial de la capital insular, donde a la una y cuarenta minutos[6]  el médico de guardia certificaba su fallecimiento.

Si a primeras horas de la mañana del 19 de julio de 1936 se producía el primer caído, bajo el denominado fuego amigo[7], sería la noche del día siguiente, día 20, cuando se produciría el segundo caído de la Falange en acto de servicio en Mallorca.

El primero de dichos caídos, Juan Barbará Puig, lo era en la céntrica calle de Colón de la ciudad de Palma mientras que el segundo de ellos, Gabriel Arrom Fiol, seria abatido en la céntrica calle de la Concepción de Binissalem en el Raiguer mallorquín.

Mientras uno, Barbará sucumbía durante una refriega por confusión entre los mismos sublevados; el segundo lo era en una colisión entre un guardia municipal de tendencia opuesta a los sublevados y los componentes del piquete de las Milicias encargado del control y vigilancia de la sede municipal de Binissalem.

La realidad seria que la noche del día 20 de julio de 1936 mientras estaba cumpliendo su servicio de control y vigilancia en la Casa Consistorial de Binissalem caía mortalmente herido en la espalda por arma de fuego el joven falangista de 23 años natural y vecino de dicha localidad Gabriel Arrom Fiol.

Añadida la muerte de Gabriel Arrom Fiol a la de Juan Barbará Puig, nos encontramos con los dos primeros caídos en el transcurso de los iniciales días de la sublevación, el 19 y 20 de julio.

Junto a Juan Barbará Puig, la curiosidad es que mientras la prensa local de Palma si hablaba de las bajas de los militares del bando sublevado, ninguno de los dos casos relativos a dichos militantes falangista requirió la atención y el desarrollo informativo de los hechos ocurridos.

Es cierto que Juan Barbará Puig si recibió alguna referencia a su muerte y posterior entierro, no ocurriendo lo mismo con la muerte de Gabriel Arrom Fiol; es curioso que mientras que el primero de los caídos, reiteremos lo de bajo el fuego amigo; es el de Binissalem el primer falangista realmente abatido en un enfrentamiento armado con un elemento opuesto a la sublevación militar quedando con ello silenciada dicha situación.

[1] Juan José Negreira Parets. Mallorca 1936. La sublevación militar y el desembarco republicano. Palma. 2006

[2] Pio Iniesta Carretero. 1891 – 1936. Natural de la guadalajareña localidad de Sayatón, había sido destinado a la Comandancia de Mallorca como carabinero de nuevo ingreso, según informa el Correo de Mallorca del 4 de febrero de 1914 posteriormente obtendría la plaza de guardia urbano y “saig” de Binissalem.

[3] Cabo jefe de Puesto de Binissalem Miguel Campins Dalmau.

[4] Tribunal Militar Territorial Tercero del Ejército de Tierra, procedimiento de la causa número 0022 del año 1936.

[5] Antigua figura mallorquina que se correspondía con las funciones de funcionario de justicia civil, encargado realizar las citaciones y los embargos, así como las detenciones y ejecución de las sentencias de los reos, posteriormente se vio derivada su función a la de pregonero, sin menoscabo de la realización de las anteriormente citadas.

[6] En realidad, en la notificación del fallecimiento consta como hora la 1’40 siendo el cuatro sustituido por un seis, con lo cual la hora del fallecimiento se establecería en la 1’60.

[7] Ver entrada anterior con el título Fuego amigo publicado el 19 de julio de 2024.


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