PRIMERA LÍNEA

Bartomeu C. Moragues Jordà

Emblemas y símbolos I

“Forman el emblema de la FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S cinco flechas en un haz abierto y un yugo apoyado sobre la intersección de las flechas”[1]

José Antonio Primo de Rivera con los símbolos del mando correspondientes al Jefe Nacional de las Milicias de Primera Línea de Falange.

Existe una clara diferencia entre la parafernalia desplegada por la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. (FET-JONS) y la austera sobriedad reflejada desde sus inicios por los militantes de Falange Española de las J.O.N.S. (FE-JONS)

En este caso son de transcendente importancia las premonitorias palabras remitidas a todas las jefaturas territoriales y provinciales datadas el 24 de junio de 1936.

“Consideren todos los camaradas hasta qué punto es ofensivo para la Falange el que se le proponga tomar parte como comparsa en un movimiento que no va a conducir a la implantación del Estado nacionalsindicalista, al alborear de la inmensa tarea de reconstrucción patria bosquejada en nuestros 27 puntos, sino a reinstaurar una mediocridad burguesa, conservadora (de la que España ha conocido tan largas muestras) orlada, para mayor escarnio, con el acompañamiento coreográfico de nuestras camisas azules”[2]

Como bien sabido es, no fueron los primeros falangistas, muy partidarios en la ostentación de insignias y símbolos; fieles al laconismo militar del estilo propuesto por su fundador José Antonio Primo de Rivera[3].

Como es lógico pensar, Falange, como la inmensa mayoría de organizaciones políticas existentes, sintieron la necesidad de establecer la representación visual que simbolizara el concepto doctrinal mediante una serie de elementos representativos del movimiento nacional sindicalista como tal y que, a su vez sirvieran para identificar a los falangistas de los restantes movimientos políticos españoles de la época, nos referimos con ello a los emblemas característicos: la bandera del movimiento, el himno y el yugo con las cinco flechas rojas que sirvieran de amalgama y unión a los afiliados.

Para ello establecieron un emblema lejos de mayores complejidades, compuesto por dos elementos, que podemos considera básicos, mediante los cuales se sirvieron para identificar y representar la doctrina revolucionaria del nacional sindicalismo español.

Parche del emblema de Falange Española

Se suele caer en el error, y por ello conducir a la confusión, de que la simbología adoptada y empleada por los falangistas provenía del grupo inicial de Falange Española, craso error si hacemos con ello referencia a los dos emblemas principales de identificación que fueron el emblema del yugo y las flechas y la máxima representación del movimiento como fue la bandera.

Ambos símbolos, bandera y emblema, formaron parte del bagaje aportado por las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalistas (JONS) de Ledesma y Ramos a la fusión de dicho movimiento con el de Falange Española (FE) de Primo de Rivera oficializada el 14 de marzo de 1934.

Básicamente podemos establecer, tal como nos indica José Luis Jerez Riesco, que fueron las JONS las que adoptaron el diseño de Roberto Escribano Ortega sobre el yugo y las flechas utilizándolo como símbolo del nuevo movimiento político español:

Tal como señalamos anteriormente este sería el emblema de la nueva Falange Española y de las J.O.N.S. (FE JONS): las cinco flechas en haz abierto y el yugo apoyado sobre la unión o intersección de las mismas.

Otro símbolo aportado por los jonsistas es el de la bandera cuya composición es popularmente conocida: tres franjas verticales en rojo, negro y rojo, con doble ancho de la parte central negra sobre las laterales rojas y en parte central en rojo sobre el fondo negro el emblema oficial del movimiento nacional sindicalista, es decir, el yugo y las flechas.

Es en esta elección del rojo y negro donde se pretendió de forma simbólica, por parte de los jonsistas y posteriormente adoptado por los falangistas, reflejar la admiración que se sentía hacia el sindicalismo revolucionario que en los principios del siglo pasado estaba representado por el movimiento anarcosindicalista con los cuales se compartía, además de algunas afinidades ideológicas en la lucha contra la burguesía y el capitalismo, los colores.

No es hasta que se produce la fusión entre la Falange de José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas y las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalista de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma, oficializada el 14 de febrero de 1934, cuando se presente la necesidad de buscar la creación de una uniformidad reglamentada con la que equipar a las milicias de afiliados.

Es así mismo en el mes de octubre de 1934, concretamente el día 6, durante la celebración del I Consejo Nacional cuando se establece la uniformidad de la organización, concretamente hablamos del Emblema, la Bandera y la camisa azul como elementos representativos de la militancia en el movimiento nacional sindicalista.

“como color neto, entero, serio y proletario, distintivo de una organización rotunda, varonil y firme”[4]

A la elección del color de la camisa, tuvo mucho peso la idea de enlazar tal prenda con los monos de trabajo utilizados por los obreros españoles, con ello se entraba en la pretensión de enlazar dicha prenda con el claro mensaje de movimiento empeñado en la transformación de la economía dando así sustento a la postura crítica mantenida por la nueva organización contra el capitalismo imperante.

Concentración de la Primera Línea de Falange en el aeródromo de Estremera en Carabanchel el 3 de junio de 1934

A ella, la camisa, se le prendería el emblema del yugo y las fechas, sobre el lado izquierdo, tal elección, la del emblema, sería de forma oficial posteriormente refrendada en los Estatutos presentados en la Dirección General de Seguridad el 22 de octubre de 1934.

Una vez establecidos los dos símbolos de representación del movimiento falangista: el Emblema y la Bandera, la organización empezó a pensar en la necesidad de la creación de un himno mediante el cual se pudiera dar conclusión a los actos oficiales y con ello fomentar la unión de los afiliados.

Según algunas versiones, no será hasta el 17 de noviembre de 1935, tras la conclusión del multitudinario acto del Cine Madrid[5], cuando se le plantee a José Antonio la necesidad de aportar la creación de un himno con el cual fomentar el vínculo de unión entre los militantes.

Dicha sugerencia se plasmaría en realidad al ser convocada, la denominada por muchos, como la “escuadra de los poetas”[6] a una reunión que tendría lugar en el madrileño restaurante La Cueva de Or kompon.[7]

“Nuestro himno debe ser una canción alegre, exenta de odio, pero a la vez de guerra y amor. Haremos una estrofa a la novia, después una alusión a la guardia eterna en las estrellas y luego, otra a la victoria y la paz”[8]

Así fue, según los diversos testimonios, la creación y composición del himno oficial de Falange Española de las J.O.N.S. (FE-JONS), el Cara al Sol; el cual sería cantado por primera vez a la conclusión del mitin celebrado en los cines Europa y Padilla de Madrid el día 2 de marzo de 1936.

Los asistentes al mitin del cine Europa del 2 de marzo de 1936

Dicho acto compartiría el honor del estreno de forma pública del himno falangista y a la vez el de ser el último acto presidido personalmente por José Antonio, ya que pocos días después sería detenido por orden gubernativa y trasladado a la Cárcel Modelo de Madrid para posteriormente ser trasladado a la Cárcel de Alicante donde sería asesinado por un pelotón de fusilamiento la madrugada del 20 de noviembre de 1936, tras ser acusado en diversas causas judiciales promovidas desde el gobierno del Frente Popular de Izquierdas, con la finalidad de mantener al jefe Nacional alejado de la vida pública y sobre todo del mando directo y de la capacidad organizativa de Falange.

Ahora bien, además de estos emblemas representativos, no podemos olvidar el concepto de milicia y por lo tanto de la existencia de diversos distintivos cuyo propósito era el de comunicar el reconocimiento del grado de mando o las recompensas por los servicios prestados por parte de todos los afiliados que tuviera el portador de los mismos.

Dentro de estos distintivos debemos clasificar dos tipos de símbolos: Símbolos de mando y Símbolos de reconocimiento.

Durante la celebración del I Consejo Nacional de Falange Española celebrado en Madrid entre los días 4 al 7 de octubre de 1934[9] fue establecida de forma oficial el uso de la camisa azul por parte de los afiliados; es durante dicho Consejo cuando también surge la necesidad de establecer una simbología identificativa del mando dentro de la estructura de la Milicia falangista denominada Primera Línea:

“La Milicia es una orden religiosa; sus tres votos son de obediencia, de patriotismo y de espíritu de sacrificio. Se ingresa en ella voluntariamente, pero no podrán convivir los tibios ni los transeúntes. Hacerse militante de la Falange, es entregar todos los actos útiles de la vida para un servicio sagrado: el de ESPAÑA”[10]

(continuara)

[1] Artículo 2.º de los Estatutos de Falange Española de las J.O.N.S. 22 de octubre de 1934. Madrid.

[2] Circular bajo el título “urgente e importantísimo” remitido a todas las jefaturas territoriales y provinciales el 24 de junio de 1936.

[3] José Antonio Primo de Rivera. Discurso pronunciado el 29 de octubre de 1933 en el Teatro de la Comedia de Madrid.

[4] Palabras pronunciadas por José Antonio Primo de Rivera tras escuchar varias de las propuestas presentadas en la sesión del I Consejo Nacional de octubre de 1934.

[5] Intervinieron Roberto Bassas, Raimundo Fernández Cuesta y José Antonio Primo de Rivera según la Hoja Oficial del Lunes de Madrid del 18 de noviembre de 1935.

[6] Dicha escuadra además de José Antonio la conformarían José María Alfaro, Agustín de Foxá, Dionisio Ridruejo, Pedro Mourlane, Jacinto Miquelarena, Rafael Sánchez Mazas, Luis de Urquijo marqués de Bolarque y Juan Tellería, además de Agustín Aznar y Luis Aguilar encargados del servicio de seguridad de la reunión.

[7] Restaurante vasco ubicado en la madrileña calle de Miguel Moya núm. 4

[8] Pautas establecidas por el propio José Antonio al inicio de la reunión donde se compondría el himno.

[9] Coincidente con la Huelga General Revolucionaria o Revolución de octubre de 1934 ocurrida entre el 5 y el 19 del citado mes de octubre promovida por el PSOE y la UGT a la cual se sumarían la Generalidad de Cataluña y a su vez contaría con la participación del Partido Comunista de España (PCE) y de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y la Federación Anarquista Ibérica (FAI) alzados contra la entrada del legítimo gobierno de centro derecha surgido de las urnas en noviembre de 1933.

[10] Primer artículo del Código del militante del Reglamento de Primera Línea de Falange Española de las J.O.N.S. Burgos, 4 de septiembre de 1936.


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